El amor es el sentimiento más hermoso, el que nos distingue
de los animales pero…qué ocurriría si nos olvidáramos de que lo tenemos.
Tus manos, tu corazón, tus brazos son el aire para respirar
y la fuerza de mis latidos.
Aquella noche, aquel trayecto eterno, kilómetros y
kilómetros soñando con cómo sería ser dos.
Tu mirada me decía lo que tu corazón
gritaba. Cómo olvidar la sonrisa nerviosa y tus manos con las mías mientras me
decías: “Te quiero y quiero ser parte de tu vida”.
El amor es como un huracán que cuando llega devasta los
sentidos y sólo te deja ver lo que él, la razón de tu nueva existencia, quiere
que veas.
Esperé y esperé pacientemente a que tu corazón despertara. Desde
el anonimato, y pensando que quizás nunca serías mío, que perdía el tiempo;
llegó ese día en que tu corazón frío y solitario fue calentado con mi fuego.
Una simple canción, los acordes y la letra de una melodía,
que te decía lo que mis labios no se atrevían, fueron la fórmula mágica, la
mezcla perfecta que hizo que desde entonces sólo sepa decirte TE QUIERO y
GRACIAS POR HACERME TAN FELIZ.
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